El rápido ritmo de la vida actual, los compromisos y ocupaciones laborales y escolares y las dificultades para pasar suficiente tiempo en familia están teniendo unas consecuencias claras en los hábitos diarios de padres e hijos: comemos peor, nos movemos menos y preferimos la compañía de cualquier aparato electrónico a la comunicación real. Una vida saludable empieza en casa, en nuestro núcleo más cercano, y hacerla realidad es mucho más fácil de lo que piensas.

La hora de la comida es uno de los momentos claves del día y a los que cada vez prestamos menos atención. Es cierto que cada vez es más difícil encontrar una hora en la que todos puedan coincidir a la mesa, pero es necesario hacer un esfuerzo por buscarlo. Si no es durante el almuerzo, la cena o el desayuno nos pueden servir como instantes en los que ir transmitiendo a los más pequeños los valores de una alimentación variada y equilibrada y ayudarles a que prueben nuevos sabores.

Es importante también que los niños aprendan a manejar las raciones y cantidades de lo que comen, uno de los principales motivos de la obesidad infantil. Muchos padres tienden a pensar que un plato hasta el borde es la cantidad que sus hijos necesitan, pero eso poco o nada tiene que ver con la realidad. Usar platos pequeños con porciones pequeñas (siempre que lo deseen podrán repetir) es un hábito que ayudará a controlar la ingesta desproporcionada de alimentos (algo que muchos adultos siguen haciendo) y que evitará que se queden con hambre y que sientan la necesidad de picar al cabo de una hora.

Además, ¿no te has fijado que las reuniones importantes de trabajo o las decisiones importantes se suelen tomar siempre en torno a una mesa? Convertir desde el momento de la comida en familia en un tiempo dedicado a la comunicación será una costumbre muy sana para la relación entre padres e hijos.

Y nunca nos cansamos de decírtelo, ¡muévete! Si tus hijos ven que nunca practicas ningún tipo de ejercicio físico y que te quejas si caminas durante más de diez minutos, muy probablemente serán igual de perezosos que tú. Intenta integrar eldeporte como una forma divertida de pasar tiempo con tu familia y apuesta por actividades que os resulten agradables a todos. Da igual si es salir a montar en bicicleta, hacer excursiones de senderismo o jugar un partido de fútbol; lo importante es estar activo y sentir que tu cuerpo y tu mente están más en forma, sanos y felices que nunca.