Las frutas y alimentos veraniegos suelen ser los preferidos de los niños, pero además de su delicioso sabor, tienen múltiples beneficios para la salud.

La sandía no sólo refresca y nos mantiene hidratados los días de calor, sino que también tiene diversos nutrientes: contiene vitaminas A y C, potasio y magnesio. Es saludable para el corazón, ya que combate la acumulación de placa en las arterias, y sus vitaminas reducen los riesgos de padecer enfermedades de la vista. Además, combate la inflamación, es diurética y una estupenda fuente de energía, por lo que se trata de un producto recomendado para deportistas.

El melón, al igual que la sandía, contiene un gran porcentaje de agua. Es una fruta rica en vitaminas y antioxidantes, lo que potencia las defensas. Y por su contenido en potasio y agua tiene un efecto diurético y evita la retención de líquidos. Sólo 100 gramos de melón aportan más de la mitad de la vitamina C diaria recomendada.

También las frutas con hueso de tamaño medio o grande se consideran preventivas ante enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes. Por ejemplo, el melocotón, por su alto contenido en fibra, potasio y vitamina C es un buen apoyo para la salud del corazón.

El tomate es otro de los reyes del verano. Su elevado poder antioxidante protege ante numerosas enfermedades, y contiene elementos asociados a la prevención de la vista frente a los rayos UV.

Entre la amplia gama de pescados disponibles en verano, los expertos aseguran que la sardina es el más recomendable. Contiene un alto aporte de ácidos Omega 3, por lo tanto, con una sola ración queda cubierto el nivel de ingesta diaria recomendada. También destaca por sus proteínas, minerales y vitaminas B, D y E.

Por el lado contrario, hay alimentos a evitar en verano, una época de comer fuera y de preparar bocadillos para llevar a la playa. La ingesta de salsas debe realizarse con precaución, ya que siempre deben estar correctamente refrigeradas. Y los patés y ahumados deben evitarse fuera de casa, porque pueden estar elaborados con carnes crudas que necesitan mantenerse en el frigorífico.