La alimentación es fundamental para el desarrollo infantil, y si los niños hacen deporte regularmente, este aspecto cobra especial importancia.

La dieta de un niño deportista debe ser igual que la de cualquier otro en el sentido de ser variada y equilibrada. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que estos pequeños necesitan un aporte calórico extra. Son imprescindibles las proteínas, que encontrarás en carne, huevos y lácteos; los carbohidratos, presentes en el pan; vitaminas, en frutas y verduras; y calcio, encontrado también en los lácteos. En cuanto a las grasas saludables, se incluyen en alimentos como carne, queso, nueces o aceite de oliva.

Los niños deportistas necesitan un aporte extra de hierro y calcio, elementos que ayudan a desarrollar unos huesos fuertes y a mantener la energía durante todo el día.

Los líquidos también son una parte importante de la dieta. Los deportistas deben beber agua antes, durante y tras los entrenamientos para evitar problemas de deshidratación. Es preferible tomar zumo natural y agua, ya que las bebidas deportivas suelen contener demasiados azúcares. Y que no esperen a tener sed, esto es señal de que el organismo lleva cierto tiempo necesitando beber.

En cuanto a la frecuencia de las comidas, los expertos recomiendan 5 diarias: desayuno, tentempié a media mañana, almuerzo, merienda y cena. No olvidemos que el desayuno es la comida más importante del día, al ser la primera ingesta de alimentos tras toda la noche sin tomar nada; debe estar compuesto por lácteos, cereales y frutas. En cuanto a las comidas de media mañana y media tarde, hay que evitar dulces y bollería, y apostar por un bocadillo o una pieza de fruta. ¡Rico y saludable!

Llevar una dieta equilibrada es especialmente importante para los niños que practican deporte, que se encuentran en plena etapa de desarrollo y crecimiento, y además, por su condición de deportistas, necesitan rendir y recuperarse adecuadamente.