Con la llegada del verano, una adecuada hidratación es indispensable para vivir con energía y vitalidad esta época del año, así como un aporte calórico y nutritivo óptimo para que nuestro organismo funcione correctamente. Nuestros huertos se vuelven coloridos y abundantes de frutos de temporada llenos de vitaminas y los alimentos frescos, ligeros y refrescantes serán los protagonistas de esta estación tan calurosa. No debemos olvidar que, para mantener una dieta equilibrada, las frutas, hortalizas y verduras deben ser imprescindibles y variadas, sin prescindir tampoco de las legumbres, el pescado, los hidratos de carbono y las proteínas.

Desde la Copa COVAP, iniciativa única en Andalucía en la que fomentamos hábitos de vida saludables, hemos elaborado una lista de los productos que no pueden faltar en la dieta de los más pequeños durante la época estival. Se trata de alimentos, en su mayoría, con un importante aporte hídrico para el organismo, que les ayudarán a mantener un alto rendimiento incluso a la hora de hacer ejercicio.

Sandía

Es un alimento clave del verano. El hecho de que sea un 93% agua la convierte en una fruta muy atractiva para los días de calor. Su alto contenido en fibra y sus bajas calorías hacen que sea un alimento ideal para deportistas, además de ser antinflamatoria y analgésica. Una manera divertida y sana de comer frutas puede ser preparando macedonias de temporada para así complementar diferentes vitaminas y sabores en un mismo plato.

Asimismo, contiene altos niveles de licopeno, lo que le da su color rojizo. Se trata de un antioxidante muy valorado por los nutricionistas por aportar diferentes propiedades, útiles para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o prevenir algunos tipos de cáncer. Por otro lado, sus vitaminas, como la C y B6, ayudan a crear anticuerpos en el sistema inmunológico.

Tomate

Comparte beneficios con la sandía, como su gran porcentaje de agua y alto contenido en licopeno. La vitamina A le hace ser beneficioso también para nuestra salud visual. Por otro lado, contrarresta los efectos del tabaco, previene la aparición de tipos de cánceres, protege el hígado y el intestino, reduce la hipertensión arterial y protege contra cardiopatías y diabetes, entre muchos otros.

Lo mejor de esta rojiza hortaliza es que nos permite incluirla en recetas muy diferentes. El gazpacho es una manera rica y sabrosa de comer tomate, además de prolongar el moreno y protegernos de los rayos del sol gracias a sus funciones antioxidantes, su vitamina C y el caroteno.

Sopas frías

Las sopas veraniegas son platos poco conocidos más allá del gazpacho, pero son muy variados y completos. Esto se debe a que suelen poseer gran cantidad de nutrientes y vitaminas ya que, al no ser hervidas, las verduras mantienen intactas sus propiedades.

Zanahoria

Es una de las hortalizas fundamentales. Aparte de sus múltiples beneficios para el pelo, la salud visual, las uñas y la piel frente al sol, posee muchas otras propiedades. Algunas de ellas son su fibra, para prevenir el estreñimiento y los problemas intestinales; o su potasio y fósforo, ideales para el cerebro, calmar el exceso de acidez y ser buenas para los cálculos renales. Asimismo, son adecuadas para el cuidado de nuestra dentadura, ya que evitan infecciones bucales y fortalecen los dientes y encías.

Pescados frescos

El pescado nunca debe faltar a la hora de hablar de hábitos de alimentación saludables. En el verano, las sardinas son una gran opción y su consumo muy típico de estas fechas. Este pescado azul posee un gran contenido en omega-3, que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, así como aumentar la fluidez de la sangre previniendo enfermedades cardiovasculares. También cuenta con un nivel proteico elevado.

El atún es un pescado azul rico en vitaminas, aunque destaca por sus ácidos grasos poliinsaturados: omega-3, EPA y DHA, que ayudan a proteger al corazón y al correcto funcionamiento de las conexiones cerebrales, previniendo el Alzheimer.

Ensaladas de pasta y legumbres

Para conseguir un buen nivel de energía, la pasta y las legumbres se convierten en una poderosa fuente de hidratos de carbono y proteínas. Debido a la cantidad y variedad de maneras que hay de cocinarlas y prepararlas, suelen ser alimentos muy recurridos en las dietas.