Practicar alguna actividad deportiva a diario es fundamental para mantener un buen estado salud. Sin embargo, en la actualidad el ejercicio debe competir con otras acciones que entretienen a nuestros pequeños que no son tan saludables: la videoconsola o simplemente la televisión pueden hacernos perder la batalla.

¿Qué hacemos para que nuestros hijos crezcan siendo unos apasionados del deporte? Lo primero es predicar con el ejemplo. Ya hemos hablado de ello en otras entradas, los padres tenemos que ser el espejo en el se miren nuestros hijos. Por ello, para que los niños quieran hacer deporte y lo conviertan en un hábito diario, debemos hacerlo nosotros también.

Los fines de semana podemos hacer actividades en familia que se conviertan en el centro de la diversión. A buen seguro que después de toda una semana de trabajo y de cole para los peques,  salir a realizar alguna actividad en familia contribuirá a que mejore la convivencia entre todos y a que seamos capaces de disfrutar.

Asimismo, también es recomendable que los apuntemos a alguna actividad extraescolar: fútbol, tenis, danza, … Cualquier acción que implique dejar el mando de la consola aparcado y disfrutar con los compañeros, porque se trata precisamente de eso, de que consideren el deporte una actividad que les reporte diversión.

El deporte sirve también para inculcar a los niños muchos otros valores como el de la convivencia o el respecto, puesto que deben aceptar las reglas de los juegos.

Si combinamos ejercicio con práctica deportiva evitaremos la obesidad infantil. Además, propiciaremos que nuestros hijos tengan una buena salud en el presente y los ayudaremos a prevenir enfermedades en el futuro.