¿Sabías que los problemas dentales de los niños son más frecuentes en verano? Según un reciente estudio de Sanitas publicado en su web, los traumatismos y fracturas de algún diente, las caries y la sequedad bucal aumentan su presencia entre los más pequeños justo en esta época del año, por lo que nunca está de más extremar las precauciones si no queremos hacer parada obligatoria en el dentista a la vuelta del cole.

El aumento de la práctica deportiva al aire libre y, sobre todo, el número de horas que pasan los niños en la piscina, provocan una subida muy significativa de los traumatismos dentales. Golpes con los bordillos, caídas con la bicicleta o un mal revolcón en el mar son los principales culpables de las contusiones y las fracturas dentales, en las que los incisivos superiores siempre son los que salen peor parados.

En caso de sufrir un traumatismo este verano es aconsejable visitar cuanto antes a un especialista que pueda realizar una radiografía, evaluar el daño y optar por la reconstrucción de la pieza o la implantología (antes de los 18 años no es recomendable) cuando el caso así lo requiera.

Las caries son otras que no se van de vacaciones… El incremento del consumo de refrescos, bebidas azucaradas, golosinas y dulces golpean seriamente la salud dental de los niños que, además, tienden a tomarse con más relax sus costumbres de higiene diarias. Para combatirlo, es importante que estemos pendientes y les recordemos que han de mantener sus hábitos y lavarse los dientes después de cada comida y, al igual que durante todo el año, llevar una dieta sana que no deje de lado alimentos como las frutas de temporada o las verduras.

La deshidratación que el calor produce en verano en todo nuestro cuerpo también se extiende, aunque no te lo creas, a zonas como la boca. La sensación de boca seca, además de incómoda, crea el hábitat perfecto para que microorganismos y bacterias se acomoden a su gusto. Por eso, vigila que los niños incrementen hasta al menos a los dos litros y medio el agua que beben al día y que su consumo de bebidas o helados excesivamente fríos sea moderado, ya que puede desembocar en problemas de sensibilidad dental.