La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera ya la obesidad como la gran epidemia del siglo XXI en los países occidentales y como el quinto factor de riesgo de mortalidad. Si hablamos de niños, el problema se agrava, ya que un exceso de peso puede afectar de manera irreversible a su normal crecimiento y desarrollo.

Según el último informe sobre Obesidad infantil y juvenil del Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia realizado por The Family Watch, la mejor estrategia para combatir un problema que en España afecta cada vez a más niños (somos el sexto país más obeso del mundo) pasa por la prevención, una tarea que corresponde tanto a la familia como al pediatra.

Los niños con sobrepeso tienen más posibilidades de ser obesos en su vida adulta; concretamente el informe asegura que el 25% de los niños obesos en edad preescolar serán obesos de adultos, frente al 50% de casos cuando el sobrepeso aparece a partir de los seis años. La principal razón de esto se debe a la asunción de una forma de vida y unos malos hábitos tanto de alimentación poco saludable como de vida sedentaria que se mantendrán en el futuro.

Las recomendaciones básicas para combatir este problema pasan por aumentar el consumo regular de frutas y verduras en nuestra dieta diaria, reducir los azúcares y las grasas saturadas y practicar deporte o alguna actividad física al menos durante 60 minutos al día. Así, aconseja establecer unos horarios fijos para las comidas y no olvidarnos del desayuno ni de la merienda (con la intención de evitar el temido picoteo) y buscar un ocio alternativo a la televisión o los videojuegos que implique, además de movimiento, fortalecer las relaciones sociales con otros niños (actividades extraescolares, campeonatos en el barrio…).

Pese a todo, y porque a veces es complicado para los padres asumir determinadas circunstancias, es necesario que el pediatra evalúe regularmente el peso de los pequeños y conozca sus hábitos de vida con la intención de poder actuar en cuanto se detecten indicios de obesidad o problemas derivados de ella (enfermedades cardiovasculares o respiratorias, problemas oortopédicos…).