Con el buen tiempo y la enorme variedad de frutas de temporada que hay en los mercados, se multiplican las posibilidades de inventar para los más pequeños recetas ligeras, refrescantes, saludables y que, además, están riquísimas.

Frutas como el melón o la sandía permiten innovar en la mesa y son perfectas también como entrantes si las conviertes, por ejemplo, en una sopa fría de melón (añadiendo un chorrito de nata líquida, sal, pimienta y unos taquitos de jamón) o en ungazpacho de sandía (con agua, tomates, sal, pimienta y un diente de ajo).

Las ensaladas son el plato estrella estos días, sobre todo porque puedes inventar e inventar ingredientes que añadirle y (casi) siempre le quedarán bien. Con pasta, con patatas, con cuscús, con arroz, con piña, con alcachofas, con aguacate y hasta con lentejas o garbanzos, siguen siendo la opción más ligera y saludable para comer vegetales en verano. Tampoco olvides lospuddings, crepes y pasteles de verduras (con espinacas, calabacín, zanahorias…); su textura ligera los hace ideales para cuando el calor aprieta y es una forma casi mágica de ‘camuflar’ las verduras en el plato para los niños.

Aprovecha estos días también para reducir el consumo de alimentos muy grasos como fritos o embutidos y cocina los alimentos mejor a la plancha o a la brasa; ¿qué puede haber más rico que una brocheta de pollo y verduras? Como acompañamiento, deja a un lado las mayonesas y salsas picantes, y apuesta por opciones mucho más ligeras como una salsa de yogur.

Tampoco pierdas de vista todos los zumos y batidos que puedes hacer usando las frutas que tengas en casa; en versióngranizada también si añades un poco de hielo picado. Además, si te apuntas a la tendencia más actual de los smoothies, pues crear combinados con fines muy específicos (antioxidantes, revitalizantes…). Y si eres un poco goloso no puedes dejar de hacer tus propios helados caseros añadiendo yogur o leche a un batido natural de frutas; bombones helados rellenando una cubitera con chocolate fundido con algún fruto seco o con una cereza en su interior; o una refrescante horchata con chufas, agua y azúcar.

 

Este verano saca el cocinero que seguro llevas dentro y ¡buen provecho!