El reloj biológico de un niño no se cambia sólo porque el calendario diga que ha llegado el momento de volver al cole. Tras las largas vacaciones de verano, es necesario que los niños retomen sus hábitos de vida del curso escolar; un proceso que ha de ser gradual y poco traumático, según aconseja la Asociación Española de Pediatría.

Lo peor, al principio. Volver a madrugar puede convertirse en una pesadilla (y no sólo para los niños). Como ya contábamos hace unos días, es importante restablecer las horas de sueño al menos una semana antes de volver al colegio, lo que implica también irse a la cama un poco antes de lo que seguro lo estábamos haciendo para no pasar la mañana con un extra de cansancio.

Debemos asegurarnos también de que los más pequeños se levantan por la mañana con el tiempo suficiente para asearse y arreglarse y para desayunar. Comienza un periodo de intensa actividad intelectual y es necesario comenzar el día con el aporte de nutrientes necesarios para afrontarlo. Un buen desayuno debe incluir algún lácteo, una pieza de fruta y algo de proteínas y cereales. Negocia con tus hijos los alimentos que más les gustan y que puedan tener cabida en el desayuno y elabora un calendario para que no tengáis que improvisar tan temprano.

Si tus hijos van a empezar a hacer solos el recorrido de la casa al colegio es importante que unos días antes los acompañes y veas qué tal se desenvuelven por la calle sin tu vigilancia.

El ocio también debe reducirse. El teléfono móvil, el iPad, la consola y hasta internet no pueden estar ya todo el día conectados. Es necesario poner unos horarios y ciertas normas para usar las tecnologías sólo en momentos puntuales para que no interfieran en sus estudios ni les desconcentren continuamente.

En casa no hay nada como un buen cambio de aires en la habitación de los más pequeños. Libera el armario de la ropa que tardarás tiempo en usar y deja hueco para la nueva. Además, despeja y ordena la mesa de estudio, procurando tener todo el material escolar cerca, y quita de la vista los juguetes y objetos que puedan distraerle de sus ratos de estudio.

La vuelta al cole no tiene, además, que ser más cara de lo que ya es. Establece prioridades, porque no cada año hay que estrenar una mochila nueva. Adapta las necesidades de tus hijos a tu presupuesto y determina qué es lo realmente importante y lo que no.

¡Ánimo con la vuelta!