La campaña educativa frente al bullying, uno de los ejes centrales de la séptima edición de la Copa COVAP junto con los mitos y verdades sobre la alimentación, espera concienciar sobre las consecuencias de esta lacra a cerca de 4.000 niños con edades comprendidas entre los 10 y 11 años. A través de charlas impartidas por una psicóloga, esta iniciativa deportiva y educativa única en Andalucía ofrece a los más pequeños herramientas y materiales para que sepan identificar cuándo están ante un caso considerado acoso escolar y la forma de actuar o denunciar este tipo de abuso.

Identificarlo no es fácil a veces, ya que hay momentos en los que un conflicto puntual no posee las características necesarias para que nos hagan considerarlo como acoso. La Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE), centro colaborador de la Copa COVAP en esta edición, destaca diez señales de alerta que nos pueden hacer sospechar si nuestro hijo o hija puede estar sufriendo maltrato:

  1. Cambios en el comportamiento normal.
  2. Temor a ir al colegio.
  3. Explosiones de ira.
  4. Insomnio y pesadillas.
  5. Ansiedad y tristeza.
  6. Enuresis (hacerse pis encima).
  7. Dolores de tripa y de cabeza.
  8. Disminución en el rendimiento escolar.
  9. Ideación suicida.
  10. Estrés postraumático.

Una psicóloga se encarga de dar charlas en las distintas sedes de la Copa COVAP para hablar a los pequeños participantes de las consecuencias del acoso escolar.

Tipos de bullying 

Otra de las dificultades que entraña es que el acoso escolar puede ser de varios tipos y estos se presentan a menudo de forma simultánea, por lo que tenemos que distinguir entre:

  • Acoso de tipo físico. Se manifiesta a través de empujones, patadas, agresiones con objetos y, en definitiva, todas aquellas acciones que impliquen un daño físico. Se suele dar con más frecuencia en primaria y en secundaria.
  • Acoso de tipo verbal. Aquel que tiene que ver con insultos y menosprecios en público. También entran dentro de esta clasificación los motes o resaltar los defectos físicos de una persona. Esta es por norma general la forma de ataque más habitual.
  • Acoso de tipo psicológico. El menos visible de todos y no por ello el menos importante. Esta forma de acosar mina la autoestima del individuo y fomenta su sensación de temor. El niño que lo sufre suele perder el interés por ciertas actividades debido al miedo que le provoca encontrarse con el agresor.
  • Acoso de tipo social. Es un método que con el paso del tiempo pretende aislar al joven del resto del grupo y de los compañeros.

El acoso y las situaciones de bullying son algo más común en el ámbito escolar, pero también pueden producirse en el día a día y fuera del colegio. Por tanto, es importante evitarlas y ayudar a las personas que la están sufriendo.

La intimidación y el aislamiento social son dos formas de ejercer bullying sobre una persona.

Los participantes en un caso de bullying

Cuando se produce acoso escolar suelen estar implicados tres actores:

  • Víctima. Es quien sufre las agresiones. Habitualmente se trata de personas tímidas, inseguras, que mantienen una excesiva protección de los padres y son menos fuertes físicamente.
  • Agresor. La persona que ejerce la violencia, el abuso o el poder sobre la víctima. Nos encontramos con un individuo que destaca por su fuerza física, impulsivo, dominante y con conductas antisociales o poco empático con sus víctimas.
  • Testigos. Generalmente es un compañero que presencia situaciones de intimidación. Puede reaccionar de diferentes maneras: aprobando la intimidación, reprobándola o negándola. Muchas veces, y tal como explica la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE), los testigos no denuncian los abusos por desconocimiento o por temor a represalias por parte del agresor.