Seguro que ya sabes que la práctica regular y moderada de ejercicio tiene beneficios a nivel físico y psicológico. En el plano corporal, son de sobra conocidos, como la mejora de la capacidad cardiorrespiratoria, la resistencia y la masa muscular. Sin embargo, no se conocen tanto las ventajas sobre la mente y el desarrollo cognitivo, especialmente en la infancia.

En este sentido, practicar deporte, tal y como recalcamos desde la Copa COVAP y en colaboración con el Ilustre Colegio Oficial de Licenciados en Educación Física y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de Andalucía (COLEF), produce profundos cambios funcionales y estructurales en el sistema nervioso y en el cerebro. De hecho, influye en aspectos cognitivos tan cruciales como la autoestima, el estrés, la atención o la memoria.

 

 

Reducción del estrés

Cuando realizamos ejercicio físico se generan cambios en el organismo, sobre todo por la liberación de ciertas sustancias. De esta forma, una actividad intensa, por ejemplo, aumenta los niveles de la serotonina, endorfina, dopamina y adrenalina, entre otras.

Las endorfinas, que se conocen como las moléculas de la felicidad, ayudan a disminuir el estrés y la ansiedad. Si a esto le añadimos que el deporte nos ayuda a concentrar toda nuestra atención en la actividad que realizamos, acabamos por evadirnos y olvidar los problemas que nos causan esa inquietud o presión.

Alto rendimiento académico

Muchos estudios constatan la relación entre el ejercicio físico y funciones cognitivas concretas, donde además destacan que los niños que hacen deporte rinden más en la escuela. En una etapa de crecimiento y desarrollo cognitivo como es la infancia, la actividad física de forma regular mejora la inteligencia general y aquella que va asociada al vocabulario verbal y conocimiento adquirido.

Esto ayuda a que los más pequeños se adapten mejor a las reglas cambiantes o desviar la atención cuando hay diferentes tareas. Esta mejora del rendimiento académico general suele afectar especialmente a áreas relacionadas con las matemáticas y la resolución de problemas.

Refuerzo de las habilidades sociales

El deporte también ofrece grandes beneficios en el desarrollo y la estabilidad personal y en las habilidades sociales, ya que es un importante elemento socializador. Como favorece el cumplimiento de normas y, en los deportes colectivos es frecuente trabajar en equipo, los más pequeños se integran y asumen responsabilidades que les ayuda a relacionarse mejor en sus entornos sociales.